paseantecamándula: Etapa 5. Scuol-Arnoga.

Como recortamos la etapa anterior, este recorrido de hoy tiene casi 20 km más que el del libro y un desnivel que pasa de los 2.000 m. Pero que nos quiten lo bailao ayer.

Desde Scuol cruzamos el aéreo puente sobre el río Inn y vamos subiendo por carretera que acaba en pista, remonta el río Clemgia, de aguas turbias por las explotaciones de áridos de su ribera, y llega hasta S-Charl, un tranquilo caserío en medio del valle entre solitarias praderas, silencio profundo y el ulular de los abedules. Después de echar un trago de agua en la fuente seguimos hacia arriba por pistas y senderos hasta llegar a un collado entre pastos de alta montaña, el Pass da Costainas, bastante concurrido por ciclistas; unos parecen viajeros y otros estables que hacen la subida y vuelven hacia abajo.

El descenso, por sendas y luego pistas, nos lleva al Val Müstair con pueblos muy arreglados, limpios, y casas que rivalizan por conseguir la fachada más pinturera. Por carretera pasamos Lü y más abajo Valchava, quizá el más requintado. Al llegar a Santa María dejamos la carretera y subimos por una pista que pasa por bosques aclarados de alerces con ejemplares gigantes; en 8 km nos deja en el Döss Radond, un collado que nos aproxima, entre el Parque Nacional Suizo, el del Stelvio y la Reserva de la Biosfera de Val Mústair, al sur italiano. Gran panorama alpino del que sólo vemos una parte por las nubes que nos acompañan.

Senderos entretenidos sobre el río, para hacer equilibrios, nos conducen al Passo Val Mora y después a bordear los embalses de Lago di San Giacomo y Lago di Cancano; más adelante tomamos la carretera hasta las Torres de Fraele, desde donde se ve un puerto lleno de zigzags que baja a Bormio, pero no es nuestro camino hoy. Bajamos algunas zetas y tomamos una pista, una especie de vía verde sobre el antiguo trazado de un ferrocarril, que nos lleva hasta Arnoga. El track que proseguimos en esta última parte está equivocado, no hay que hacerle caso, sólo continuar por la vía hasta el final de la etapa. Dos hoteles y un restaurante es lo que hay. Nos parece suficiente para hoy.

El Albergo Viola di Gurini nos da un cobijo acogedor, a precio ya italiano. No tiene restaurante, así que nos mandan al del otro hotel, Li Arnoga, en donde disfrutamos de buena cena reparadora.