30 jul 2014

Siempre nos queda Portugal. (Y un añadido)

 Entre Zamora y Portugal hay una línea dibujada por el Duero, que se encaja entre las rocas duras, granitos, esquistos, gneis, cortándolas como si fueran de arena y se convierte en un río rejuvenecido tras haber pasado tantos kilómetros divagando por las llanuras. Es frontera y es conexión entre gentes distintas; los portugueses siempre tan respetuosos, sin dar voces nunca, con un patrimonio bastante cuidado en Miranda do Douro y cierta melancolía en la expresión amable. Nunca son tan cuzos como algunos vecinos y tienen la gracia de decir de la iglesia de la Santa Cruz: ."...na sua pureza geométrica fala a linguagem neoclássica com ligeiras sílabas de barroco..."
Dos jueguecitos, fáciles, para lectores atentos: 1, localizar la citada iglesia entre el caos de imágenes que se han mezclado y encontrar las sílabas referidas. 2, en la primera imagen del río, aquí debajo,  buscar algo que  parece raro que esté ahí, en el acantilado sobre el río duradero, el río Duero.
Hay premios para los acertantes.
Añado esas dos fotos para dar más pistas a los lectores atentos que siguen el juego. En el río hay que mirar en el acantilado granítico. Gracias por el interés. Si con estas imágenes no se acierta, en la próxima entrada habrá solución.
























  

28 jul 2014

Tábara, Moreruela, Castrotorafe, San Pedro de la Nave.

A corta distancia, en bici, claro, de La Encomienda hay una serie de edificios, o sus restos, de gran interés, muy poco conocidos por amantes de las artes y las luces. Ahí van unas pocas fotos de lo que se puede ver en los alrededores y en una ruta por tierras de Tábara y Alba.
Iré añadiendo estos días algunas imágenes para solaz y esparcimiento de lectores atentos, amigos variados y a toda la afición en general. Y por ver si alguien se anima al viaje por estas tierras.



























enlace a sierra de la Culebra.

26 jul 2014

Tierra de Alba.

En  La Encomienda se puede entrar en una especie de bucle cerrado de tiempo: los cielos son más azules de lo normal, las horas vuelan a más velocidad y te encuentras en el viernes pensando que es martes.
Nada más amanecer ya están los pájaros con sus conciertos. Predominan los jilgueros con sus melismas africanos, pero hay un sin fin de otros colaboradores: pinzones, verderones, agateadores, zorzales, mirlos, estorninos, colirrojos, pardillos, gorriones en bandadas caóticas hablando todos a la vez y la triste letanía, (dekaokto, dekaokto, dekaokto, hasta la extenuación) de la tórtolas turcas.
Por las tierras de Alba, tierras en las que hacen pan de verdad todavía, fui con la bici a ver la iglesia visigótica de San Pedro de la Nave, pero ahora están en obras y no se puede visitar. Gozo-pozo.
Hay tantas jeras por hacer en una casa que se visita de uvas a peras que no se da abasto y así los días pasan y se escabullen, luminosos algunos cuando llegan imprevistas las palabras verdaderas y esperadas.
















enlace a Tierra de Alba