10 dic 2015

El río duradero.

En temporada de vendimia nos fuimos a recorrer una parte del río Duero, desde Zamora hasta la desembocadura en Oporto. Nos fuimos en bici porque el viaje se hace más intenso pedaleando y se aprecian mejor los vaivenes del panorama. Los dos primeros días fueron por caminos y sendas de la ruta que llaman la senda del Duero (GR 14) que recorre desde el nacimiento en las altas tierras sorianas hasta la frontera portuguesa.
La primera etapa, desde Zamora hasta Fermoselle, discurrió por las tierras ásperas de barro de Pereruela; luego atravesamos amplias dehesas entre cortinos sayagueses y ganado bravo. El final del día, ya oscureciendo, por una senda difícil con vistas al río encajado en desfiladeros imponentes, fue inolvidable por lo denso del panorama.
En la segunda etapa hispana recorrimos pistas y sendas por los grandiosos acantilados de Duero y Tormes, encajados en profundos tajos de duro granito que los dos ríos han tallado como si fuera mantequilla soriana; acabamos en Saucelle, parada y fonda acogedora.
El tercer día llegamos por senderos hasta la frontera con Portugal, Barca d'Alva, en donde atracan los barcos que recorren el río cargados de veraneantes. Allí se acaba la senda del Duero y para seguir el río hacia el Oeste hay que ir por carreteras secundarias, llenas de curvas y grandes desniveles, que en época de vendimia tienen bastante tráfico, aunque respetuoso con el ciclista. Hasta llegar al final de la etapa, en Vila Nova de Foz Côa, fuimos bordeando las frondosas colinas de viñedos que son el origen de los vinos de Oporto. La experiencia luminosa de las líneas ondulantes que parecen dibujadas por mano artista es de las que conviene ver. Recuerda a los olivares andaluces o las colinas toscanas por la intensidad del diseño.
En la cuarta etapa continuamos por carreteras que suben y bajan al río y acabamos en Caldas de Aregos, reputado balneario con aguas termales de prestigio.
La quinta y última nos llevó hasta Oporto, la gran ciudad en la desembocadura, más del río que del mar cercano. Puentes, barcazas, rabelos, que ya no transportan toneles sino turistas, barrios apiñados en terraplenes sobre el río, la catedral, los mercados, las plazas viejas y nuevas tan ligeras como el viento moderno traído por Álvaro Siza.
El detalle técnico de las etapas está en las páginas de wikiloc en la dirección "garabateo 2.0", por si alguien tiene la curiosidad.