30 sept 2017

Una semana en los Alpes. (La Transalpina en 8 etapas)

Tras el éxito obtenido en la Transcantábrica decidimos aplicarnos una dosis europea más consistente aún; recorrimos  en el auto de Oeste a Este la península y cruzamos los Pirineos para hacer una travesía muy conocida entre ciclistas y globeros. La travesía, llamada Transalpina, recorre  los Alpes de Norte a Sur y ya se puede imaginar la cantidad de variantes que existen. Hay quien la alarga de Este a Oeste, quien fatiga valles perpendiculares, los que se centran en una zona y dan vueltas o los que siguen un trazado clásico. Nosotros optamos por el recorrido más utilizado por los ciclistas hispanos. Sigue las siete etapas de un libro (Transalpina en btt, de Enrique Antequera, editorial Desnivel, 2014)
A diferencia del libro en el que se basó nuestra travesía Cantábrica, este nos pareció equilibrado, adaptado a la realidad, razonable en sus recorridos y con descripciones adecuadas.
Como es lógico, sobre las siete etapas propuestas en el libro, que sale desde Garmisch, en el sur de Alemania, hasta llegar a Riva del Garda, en el norte de Italia, nosotros hicimos los cambios que nos sugerían los imponderables cotidianos, las averías, la meteorología o las inclinaciones epicúreas del respetable. 
Así le añadimos una etapa más, un prólogo sensato por razones de logística. El libro inicia la travesía en Garmisch-Partenkirchen por la buena combinación de trenes entre esa ciudad y Munich, a donde es fácil llegar en avión. Nosotros fuimos en el auto y pensamos que era más sencillo llegar, bordeando el mediterráneo  por las autopistas, hasta Verona, en donde podríamos tomar algún tren hasta Innsbruck, en el Tirol austriaco, para empezar el recorrido allí, añadiendo así la etapa Innsbruck-Garmisch Partenkirchen. Después de todo el recorrido creemos que esa primera etapa es de las mejores, así que recomendamos al lector futuro que la tenga en cuenta.
Al igual que hicimos en otras travesías íbamos ligeros de equipaje, una mochila y el transportín  (ahora se llama portabultos) anclado a la tija del sillín. Las mismas bicis dobles, confortables y fiables; esa ligereza nos obliga a depender de alojamientos y  restauración. No nos sentimos agobiados por esa dependencia; algunos días es un aliciente más de la etapa.
La travesía es muy recomendable porque atraviesa parajes espléndidos por bosques o lagos poco destruidos por el turismo masivo, unos panoramas grandiosos y aéreas perspectivas de valles profundos. Cada etapa es muy distinta de las precedentes y se siguen con facilidad los caminos. Hay algunos senderos, pocos, en los que es necesario desmontar, pero después del tute cantábrico por trialeras imposibles nos pareció una ruta exigente, aunque razonable.
El buen tiempo, soleado con algunas nubes y temperaturas agradables, nos acompañó en casi todo el recorrido, pero hubo dos etapas en las que terminamos empapados bajo  heladoras tempestades alpinas.
Para los propensos a las cifras y la afición en general: sumando las 8 etapas hicimos 557 km con un desnivel acumulado de 13.147 m y un IBP promedio de 124. (Para la gente que no es del mundillo ciclista: el IBP es un índice que califica una ruta teniendo en cuenta una serie de parámetros que tratan de objetivar y matizar la  dificultad de una ruta; en la página de Cicloide está explicado).





































29 sept 2017

Una semana en los Alpes. Etapa 8. Madonna di Campiglio-Riva del Garda.

La última etapa es bien entretenida, de paisajes cambiantes, desde los muros gigantes del Adamello a las praderas y lagos del Val d'Agola o el deslumbrante final en el Lago de Garda.
Desde Madonna di Campiglio sale una carretera que se convierte en pista e indica el refugio Vallesinella, por una pista con barrera, de pago para los autos. Es un paseo muy agradable por el frondoso bosque con hayas y alerces y una catarata rumorosa. Luego se sube hacia el lago de Val d'Agola por pista y sendero y muchos senderistas. Se bordea el lago y después hay que desmontar, subiendo a pie por un sendero de pendiente imposible, además de estar prohibido subirlo en la bici, cumpliendo la normativa del  Parque Natural Adamello Brenta. Llegamos al Passo Bregn de l'Ors con amplios panoramas sobre las montañas, hoy veladas por las brumas. Seguimos subiendo al siguiente collado, el Passo di Gotro. Gran descenso por senderos y pistas hasta el fondo del Val di Algone por carreteras muy secundarias con poblaciones  interesantes como Stenico, con su castillo, o Ponte Arche sobre el elegante puente que le nombra.
El Val Lomasona llega a continuación con unos solemnes paredones calcáreos que atraen a muchos escaladores. Seguimos  una pista que al rato se abandona por un sendero que discurre por un río seco de piedras y muy pendiente en el que hay que volver a empujar la bici. Así llegamos al Passo San Pietro y luego continuamos por una pista asfaltada que ya nos lleva a una carretera desde la que se ve el gran lago al fondo. La bajada es soberbia, pasando por pueblos regios, como Tenno, con vistas cercanas sobre el lago esplendoroso y la dulce sensación de llegar al final del viaje. 
Como ese día no habíamos reservado alojamiento por Internet, fuimos a La Oficina de Información  a buscar posada y fonda. Con sobria eficiencia la funcionaria nos ofreció varias posibilidades y reservó en un momento desde allí mismo una habitación en el Albergo-Garni Beniamino, un agradable lugar tranquilo y muy conveniente.
Al día siguiente nos dedicamos al paseo y visita de la muy interesante ciudad con un centro histórico bien cuidado. En el Museo Cívico estuvimos por la noche, visitando varias exposiciones y nos invitaron a  subir a la torre desde la que se domina la ciudad y el lago para que pudiéramos degustar unas copas de un vino espumoso aromático y fresco, semejante al Prosecco del Véneto. Gratis y con entusiasmo Trentino.
La vuelta a por el auto, que habíamos aparcado en Verona, fue más sencilla que en esta península ibérica porque muchos autobuses tienen en el portón trasero unos ganchos para subir las bicis. O llevan un remolque para la misma función. Para llegar hasta Peschiera del Garda, bordeando todo el lago de norte a sur, tuvimos que hacer una parada en Garda y esperar a otro autobús que nos llevó hasta Peschiera. 
Allí subimos a las bicis y en 24 km llegamos a Verona, en donde estaba el auto intacto.
La vuelta a la península ya forma parte de otra historia que no sale en estas páginas. Continuará.



 70.17 Km
 1382.44 m
 2845.5 m
 37.88 Km
 7:26:40
 109 BYC

Enlace a Cicloide

A Vallesinella


Lago Val d'Agola













Tenno y Riva del Garda


Desde el lago

Una semana en los Alpes. Etapa 6. Arnoga-Ponte di Legno.

Etapa con predominio de carretera que pasa por varios valles, el Val Viola primero, Val Eita, que desemboca en la Alta Valtellina, después, y Val Camonica el último.
El comienzo es por una pequeña carretera en el bosque cerrado que baja al principio y luego sube por el Val Viola; más adelante la carretera se deja por una pista, a ratos con piedra muy suelta, que sube y sube hasta llegar al Passo di Verba. La bajada es muy rápida, por pista pedregosa que en seguida mejora. Se recorre una parte del Val d'Eita pasando por el pueblo que parece desde lo alto instalado en un balcón, Eita, con un airoso campanario. Ahí sigue el larguísimo y entretenido descenso por carretera hacia Grosio, en el que conviene ir parando para refrescar los frenos al rojo y disfrutar de las vistas aéreas sobre el valle de la Alta Valtellina, a donde nos dirigimos.
En Grosio comienza el segundo subidón del día, el puerto del Mortirolo, o Passo della Foppa, un puerto que se hizo famoso por las hazañas de algunos ciclistas célebres. Desde Grosio hay 15 km por buena carretera estrecha, sólo con tráfico de ciclistas, sombreada en la parte baja, con fuentes, tramos de pendientes bastante mantenidas y algunas rampas más empinadas. Es un puerto ideal para la bici de carretera, pero con las de montaña se hace más lento y más fácil.
Desde lo alto bajamos hacia un pueblo llamado Monno, abandonando la carretera principal por otras  de menos tráfico aún. Ya hemos llegado al tercer valle del día, Val Camonica, que se extiende hasta el Passo del Tonale, por donde pasaremos mañana. 
Desde Monno subimos hacia Ponte di Legno por carreteras secundarias que evitan la principal, más transitada, a la que acabamos saliendo para ir un poco más rápidos y evitar la tormenta vespertina que se barrunta cada vez más próxima.
En Ponte di Legno nos dan hospedaje en el Hotel Cristallo. Un lujo para un día completo.
Una hora más tarde la tormenta se desata; nos regocijamos viendo su furia desencadenada a cubierto, a través de los espaciosos ventanales de la zona de relajación del hotel.





 69.45 Km
 2040.14 m
 2671.14 m
 30.05 Km
 8:21:45
 141 BYC


Al Passo di Verba








Val d'Eita

Eita
Valtellina


Grosio


Subiendo el Mortirolo


Ponte di Legno