paseantecamándula: Etapa 3. Imst-Ischgl-Mathon.

En esta etapa hubo que hacer modificaciones con respecto a lo previsto por motivos de alojamiento. La etapa del libro acaba en Ischgl, pero como es una estación de esquí tan acreditada los precios de los hoteles se multiplican para sangrar al viajero. Nos fuimos unos 7 kilómetros más al sur para alojarnos en un tranquilo pueblo llamado Mathon. Un acierto.

Desde Imst buscamos el carril bici que discurre en paralelo al río Inn. Como damos un par de vueltas sin éxito, un lugareño que nos ve dudar nos manda, en riguroso alemán, seguirle y detrás de su auto vamos hasta llegar al camino. El amable aldeano, satisfecho, da la vuelta dejándonos encarrilados y agradecidos.
Por ese agradable carril, aguas arriba del Inn, vamos durante 20 km hasta llegar a Landeck, el pueblo más grande y con más servicios de los que pasaremos hoy. A partir de ahí comienza una subida hacia Tobadill, por carretera, con rampas para entrar en calor. La subida continúa por una pista que se transforma en senda y se adentra en un gran bosque. Ahí comienza una bajada por sendero, al principio espectacular y luego bastante destruido, con tramos muy pendientes. Se llega a un punto en el que un cartel indica que está prohibido seguir; pero seguimos hasta comprobar que un alerce enorme caído ha cortado el paso. Haciendo maniobras, y ayudados por dos paseantes que intentan subir por donde bajamos, conseguimos sortear el arbolito y seguimos hacia abajo, ya por senda más fácil. Se llega por el valle de Paznaun a See, un pueblo con fuente y un auditorio al aire libre en donde nos reponemos.
Salimos del pueblo por carretera y luego seguimos una pista que de repente desaparece en una casa particular. A partir de ahí ya no le hicimos mucho caso al track, volvemos a la carretera y el resto de la etapa será una alternancia entre carreteras, pistas y senderos hasta llegar al río Trisanna que nos lleva por su pista hasta Ischgl. De allí continuamos por el carril bici del río y luego la carretera subiendo hacia Mathon, a 7 km de Ischgl.
Encontramos el Apart Garni Mulin por internet, como el resto de los establecimientos, sin conocer la que sería una de las casas más agradables del viaje ni la amable acogida de su dueña. El sitio espléndido, amplio, tranquilo, placentero, merecía prolongar la estancia, disfrutando y dejando que la tormenta anunciada para el día siguiente siguiera su curso. Pensamos que el pronóstico, de nuevo, se equivocaría. Véase la siguiente etapa.