Hay compañías telefónicas que ofrecen servicios a los contribuyentes que luego son incapaces de cumplir, pero, eso sí, quieren cobrar como si los hubieran prestado. Ahí va un ejemplo de una historia vivida hace unas semanas por los pacientes consumidores que suscriben esta entrada.
Firmado un contrato con la compañía Vodafone para instalar el adsl con un router en mi domicilio y tras 18 días de espera en la que no se produjo la instalación, con múltiples llamadas reclamando la instalación durante los quince días, decido rescindir el contrato por incumplimiento del mismo, pues en el punto 4 se afirma que "en quince días se establecerá el servicio".
Después de muchas más llamadas, cada vez menos pacientes, al "servicio de atención al cliente" (así llaman a un servicio de disuasión programado en la que los operarios intentan torearte de mil maneras: te ponen en espera largos minutos, te hablan con acentos a veces ininteligibles con un ruido de fondo salvaje, te cuentan inverosímiles historias como que han venido a instalarlo y "no encuentran pares", o sea, sitio en donde instalarlo, te pasan de un departamento a otro, o no te pasan y tienes que volver a llamar a contarle otra vez la historia a otro operario que no sabe nada, o no se identifican, o mienten con desparpajo cuando te dicen que todo está solucionado y luego resulta que no es así, etc. etc.) me veo obligado a mandarles un burofax para que me den de baja, hecho que ocurre el día en que reciben el burofax.
Me envían un mensaje telefónico diciendo que me han dado de baja y "procedemos a desactivar su servicio", sólo recibiré una "factura hasta la fecha de desactivación": desde el día en que se firmó el contrato hasta la fecha de la baja. Es decir, además de incompetencia, recochineo. Ya les he notificado que no pienso pagarles los inexistentes servicios. Tal vez haya que reclamar daños y perjuicios por los dieciocho días a la espera.
A las buenas compañías las llamas un día por la mañana para que te instalen el adsl y por la tarde del mismo día está todo funcionando y, además, más barato. Netllar se llama tal compañía y aquí queda dicho.
Las fotos que acompañan son de una ruta en bici de carretera, ascensión a lo alto de la murciana Sierra Espuña, gran lugar para despejarse por carreteras tranquilas.
Firmado un contrato con la compañía Vodafone para instalar el adsl con un router en mi domicilio y tras 18 días de espera en la que no se produjo la instalación, con múltiples llamadas reclamando la instalación durante los quince días, decido rescindir el contrato por incumplimiento del mismo, pues en el punto 4 se afirma que "en quince días se establecerá el servicio".
Después de muchas más llamadas, cada vez menos pacientes, al "servicio de atención al cliente" (así llaman a un servicio de disuasión programado en la que los operarios intentan torearte de mil maneras: te ponen en espera largos minutos, te hablan con acentos a veces ininteligibles con un ruido de fondo salvaje, te cuentan inverosímiles historias como que han venido a instalarlo y "no encuentran pares", o sea, sitio en donde instalarlo, te pasan de un departamento a otro, o no te pasan y tienes que volver a llamar a contarle otra vez la historia a otro operario que no sabe nada, o no se identifican, o mienten con desparpajo cuando te dicen que todo está solucionado y luego resulta que no es así, etc. etc.) me veo obligado a mandarles un burofax para que me den de baja, hecho que ocurre el día en que reciben el burofax.
Me envían un mensaje telefónico diciendo que me han dado de baja y "procedemos a desactivar su servicio", sólo recibiré una "factura hasta la fecha de desactivación": desde el día en que se firmó el contrato hasta la fecha de la baja. Es decir, además de incompetencia, recochineo. Ya les he notificado que no pienso pagarles los inexistentes servicios. Tal vez haya que reclamar daños y perjuicios por los dieciocho días a la espera.
A las buenas compañías las llamas un día por la mañana para que te instalen el adsl y por la tarde del mismo día está todo funcionando y, además, más barato. Netllar se llama tal compañía y aquí queda dicho.
Las fotos que acompañan son de una ruta en bici de carretera, ascensión a lo alto de la murciana Sierra Espuña, gran lugar para despejarse por carreteras tranquilas.
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