3 sept 2020

Camino Primitivo. Etapa 3. Tineo-La Mesa. 8/8/2020

Etapa difícil para caminantes y ciclistas por las largas subidas y bajadas que se suceden para superar puertos y vaguadas. 
Hay dos opciones en esta etapa: la más cómoda es ir desde Tineo hasta Pobla de Allande. La otra opción es la más parecida a la ruta original y se llama de los Hospitales porque hubo en su día cuatro hospitales de peregrinos en una zona en la que ahora no hay ningún alojamiento, ni bares, ni agua, ni nada más que parajes desolados impresionantes. Nosotros elegimos la variante de los Hospitales. 
Desde Tineo comenzamos subiendo por las cuestas de la localidad hasta llegar a pistas en ascenso durante algo más de 5 km. Llegamos a un desvío que señala el Monasterio de Obona y allá vamos a ver las ruinas de lo que fue un importante monasterio siglos atrás. Hay que volver por donde se fue, pero se agradece la visita. 
Por pistas y caminos variados la ruta sube y baja pasando por aldeas sin presencia humana; solo algunos perros salen a ver al nuestro. Algunos pueblos en los que podía haber bar o restaurante, este año no tienen abierto o abren más tarde.

 Antes de llegar al pueblo de Borres nos encontramos con un ciclista asturiano afectado de verborrea aguda sin posibilidad de tratamiento. Él mismo nos lo advierte. Tras diez minutos de escuchar su perorata conseguimos abrirnos hacia el pueblo. Volveremos a verlo en Lugo.

 Nada más pasar el pueblo de Borres aparece la bifurcación: a la izquierda Pola de Allande, a la derecha la ruta de los Hospitales. Tomamos este desvío, muy bien señalizado, y subimos por una pista asfaltada que luego es de tierra. Al pasar la aldea de La Mortera hay una fuente con abrevadero en la que conviene hacer provisión porque en muchos kilómetros no hay agua. Comienza después una subida por parajes de una desolada grandeza, con tramos en los que hay que empujar la bici por una pista muy pendiente y piedra suelta durante 2 km. Al llegar arriba hay unos árboles que dejan una sombra magnífica para que los perros se repongan. Simone llega andando veloz, entusiasmado y fortalecido por los panoramas bravíos. 

Sigue luego una subida con partes de bajada por animados senderos ciclables hasta llegar al Puerto de La Marta, cruzar la carretera y terminar, bajando, al Puerto del Palo. Ahí hay una carretera que puede evitar el descenso por una pista muy empinada y pedregosa. Fuimos por esa pista con la bici, andando con cuidado, hasta llegar de nuevo a la carretera, cruzarla y continuar la bajada por camino bastante pendiente, pero ciclable. Nos habían advertido del enorme peligro que se cernía sobre ciclistas que intentaran bajar por ahí. Bajamos.
Llegamos al pueblo de Montefurado en donde vive solitario un paisano que prohibe acampar y abrir un grifo de agua. No le gustan los forasteros, así que cruzamos rápido el pueblo. Dos andarinas que encontramos a la salida nos pidieron compañía para pasar junto a un rebaño de vacas paciendo. Subimos luego por senderos ganaderos hasta llegar, tras un fuerte repecho, a Lago, localidad en donde hay un punto con agua que mucho se agradece. 

En animado sube y baja llegamos a Berducedo, un pueblo en el que han florecido los albergues. Tras fuerte subida a una loma cruzamos la carretera que nos lleva en descenso al pueblo de La Mesa, fin de la etapa, en donde nos alojamos: en un hórreo transformado con literas del albergue Miguelín. El amplio albergue tiene buenas duchas, restauración y una piscina para refresco peregrino. Un grupo de vascos peregrinos, de Guernica, disfruta de la piscina. Unas horas más tarde aparece el rapidísimo Simone.

Tineo en brumas







               







La variante de los Hospitales





Empezando la gran subida


                   Reposo en lo alto                                  Ruinas de un antiguo hospital








                                                 bajada del puerto


Montefurado

                                                              Alqo a remojo


         El hórreo adaptado     



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