Lo bueno de ir a Portugal es que siempre te abre expectativas de viajes nuevos, por allí o los alrededores. Cuando hacía la última etapa de la ruta carretera Trás-os-Montes paré un momento en una oficina de información a ver si me daban un mapa de la zona. No había, pero me regalaron una fotocopia roñosa de un camino GR 14 que salía de Moral de Sayago y llegaba hasta La Fregeneda, casi en la frontera con Portugal, siguiendo el Parque Natural de los Arribes del Duero, en donde el río se encaja desde la penillanura en acantilados de cientos de metros muy buscados por buitres y otras aves para anidar. Una joya de sitio.
El viernes y sábado he ido con la bici de montaña a recorrer el GR 14, la senda del Duero, que resulta ser el final de un camino mucho más largo: sale de Soria y, siguiendo el Duero, acaba en las dos últimas etapas que yo he hecho. En uno de los carteles indicadores he leído que el recorrido comienza en Francia y acaba en Oporto. Hay que documentarse.
No sé cómo será el resto, pero estas dos etapas las vas siguiendo como si estuvieras en Suiza por el cuido de los cartelones con buena información en cada pueblo y detalles precisos de lo interesante de cada etapa, desniveles y kilometraje, postes indicadores en cada cruce y unos caminos que a ratos te llevan a las vidas celtas o romanas que por aquí pararon. Hay que hacer la ruta entera; no es una amenaza, sino un propósito.
enlace a etapa 1, etapa 2.
El viernes y sábado he ido con la bici de montaña a recorrer el GR 14, la senda del Duero, que resulta ser el final de un camino mucho más largo: sale de Soria y, siguiendo el Duero, acaba en las dos últimas etapas que yo he hecho. En uno de los carteles indicadores he leído que el recorrido comienza en Francia y acaba en Oporto. Hay que documentarse.
No sé cómo será el resto, pero estas dos etapas las vas siguiendo como si estuvieras en Suiza por el cuido de los cartelones con buena información en cada pueblo y detalles precisos de lo interesante de cada etapa, desniveles y kilometraje, postes indicadores en cada cruce y unos caminos que a ratos te llevan a las vidas celtas o romanas que por aquí pararon. Hay que hacer la ruta entera; no es una amenaza, sino un propósito.
