11 nov 2016

Ruta del Románico en Portugal. Introducción.

En estas  entradas (continúan 4, una por etapa) se describe una ruta con la bici de carretera que hicimos del 13 al 18 de Septiembre siguiendo algunos recorridos de la "Rota do Românico" en Portugal, una ruta propiciada por el Consejo de Europa que forma parte del itinerario cultural llamado Transrománica, un invento de las instituciones que desde 2007 pretende dar a conocer un patrimonio europeo común, con sus pronunciados matices, repartido por diversos países: desde Portugal en lo más occidental a Rumanía en lo más oriental, pasando por España, Francia, Italia, Austria, Alemania y Serbia. La conexión que da sentido y unifica el itinerario es el estilo románico que desde finales del siglo X emergió en lo que hoy llamamos Europa como un nuevo estilo arquitectónico. La Europa medieval representaría el embrión de la actual Unión Europea que tan degradada observamos hoy.
El recorrido portugués se sitúa en el Noroeste, en torno a tres ríos: Duero, Támega y Sousa. En cada uno de estos valles hay una serie de iglesias, monasterios, puentes, torres o memoriales bien clasificados en folletos disponibles en varios idiomas que facilitan con la clásica amabilidad portuguesa en las oficinas de turismo. Se puede encontrar también información en internet en varias páginas: www.rotadoromanico.com; www.transromanica.com
Libros de cada una de las tres zonas, con más detalle de cada monumento y otras interesantes informaciones, se pueden adquirir en librerías o consultar en internet, o te los pueden regalar en algún establecimiento, como nos ocurrió en la casa rural del Pombeiro en donde nos alojamos una noche.
El mapa general con las tres zonas no tiene el detalle preciso, aunque la señalización con indicadores en la carreteras es aceptable e incluso abundante en muchas partes del recorrido. Como discurre por zonas de aldeas diseminadas hay un laberinto de pistas asfaltadas o adoquinadas con cruces sin señales en los que te puedes perder si no hay nadie a quien preguntar, que es lo más habitual. 
Sería mejor adquirir un buen mapa de carreteras del norte de Portugal para moverse con más seguridad. Nosotros fuimos fiándonos del folleto general y llegamos casi siempre sin sobresaltos. A veces nos perdimos un poco, pero siempre volvimos al buen destino. 
Delante de cada monumento hay siempre una recia estructura de metal en la que explican detalles de la construcción y características significativas. Entre rehabilitación, limpieza, restauración y señalización la Unión Europea se ha dejado aquí un dineral.
Nuestra intención no era recorrer los 58 monumentos que aparecen en la lista sino visitar los que en principio nos parecían más interesantes al tiempo que hacíamos con tranquilidad los kilómetros por carreteras casi siempre sinuosas, con poco tráfico y a veces con firmes regulares, en mal estado o adoquinados excelentes para entrenar la París-Roubaix.
Hicimos cuatro etapas en bici más una en el auto, aprovechando un día lluvioso, para cambiar de lugar de partida. En total fueron cinco días más otros dos de viaje, uno para llegar allí, vía Zamora, y otro para volver.
Los alojamientos se iban localizando sobre la marcha con la incertidumbre de no saber si en el final previsto de la etapa habría posada o tendríamos que alargarlo en busca de parada y fonda. Como  era una época sin máxima afluencia turística no hubo demasiado problema para ir encontrando acomodo, aunque algún día hubo con más ajetreo.
En wikiloc se irán subiendo las etapas con más detalles para los ciclistas. 
Algunas imágenes para ir haciéndose una idea.


Paço de Sousa



Sao Pedro de Ferreira

Señalización
Incendios y adoquines



Vila Boa de Quires





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