29 nov 2013

Troppo vero

Según la leyenda, el Papa Inocencio X al ver el retrato que le había hecho Velázquez (está en la galería Doria Pamphilj y sólo por este cuadro es preciso hacer una visita romana) hizo el comentario que encabeza esta entrada. Y es que el óleo es más que real, es demasiado real como detectó en seguida el retratado.
Aunque no es exclusivo romano (se percibe aquí con mucha claridad por la enorme cantidad de obras expuestas en los museos) se genera en el turista en grupo un comportamiento  que le arroja de un cuadro a otro y tras un vistazo rápido comprueba si es de algún artista conocido o está entre lo que es obligado ver en ese museo; luego contorsión del espinazo para leer el pequeño cartel que indica el autor, título y a veces fecha de la obra. Proliferan ahora los que sacan medio a escondidas el teléfono y le sacuden una foto para concluir la operación. Se extiende la opinión de que sería más  útil poner en los museos grandes carteles con el nombre del cuadro y, en lugar de éste, una pequeña reproducción. Todo mucho más rápido y sin gestos peligrosos para las articulaciones.
Las fotos son de la villa Farnesina con frescos de Rafael y del Sodoma.





















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