22 may 2014

Coyhaique-Cerro Castillo

De Coyhaique salgo inmerso en un mar de niebla helada que impone, pero atravieso la ciudad desierta, hoy es la fiesta que conmemora la batalla de Iquique, y empiezo a calentar en la primera cuesta del día. Lo poco que se ve parece mucho más mesetario que todo lo anterior y, hasta llegar al cruce con la carretera que sigue al aeropuerto, hay algo de tráfico. A partir de ese punto vuelve la carretera a ser la misma despejada de siempre y me encuentro con media docena de caranchos dando cuenta de una liebre atropellada. Más allá vuelven las laderas con lengas y el anuncio de la reserva de huemules (un cérvido austral en peligro) con llamadas de atención a los conductores (no se apure, acá lo único que corre es el viento, reza un cartel) e incluso un cartelón de madera que señala el punto donde murió atropellado un huemul. Se están recuperando.
Una vez que subes al portezuelo Ibáñez, 1120 m, por carretera con nieve helada, la visión es de gran categoría con la cordillera del Cerro Castillo y un mar de campos de hielo patagónico al fondo, sin fin. Bajando hacia el pueblo el frío se hace intenso, pero se llega en un suspiro por la carretera deslizante. Hoy es el último día de asfalto. Hasta aquí llega; mañana comienza el ripio y ya no se abandona hasta el final.

























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