12 jul 2014

El Baigorri.

Con la bici de carretera y una pequeña mochila con lo imprescindible, menos-es-más, salgo desde Doneztebe en dirección Este por el valle del Baztán con muchas muestras de la inundación de la semana pasada.
Paso por pueblos, Erratzu, por ejemplo, con un cuido en las casas, en los bosques y en las praderas que recuerdan a los suizos. Las gentes también como del norte.
 Con la lluvia de cada día empiezo a subir el puerto más entretenido de hoy: el de Izpegui, muy bien trazado y boscoso hasta las últimas zetas. La bajada con el diluvio es inolvidable y ya estoy en el Baigorri. Al fondo se adivina la ciudad de Sait Jean Pied de Port, punto clave del camino de Santiago hacia Roncesvalles. En vez de ir directo subo hacia Iholdy para ver un castillo de gran fama y seguir luego a Ostabat. La carretera está cortada por derrumbe del puente y me toca dar la vuelta hasta Irissarry, de donde vengo.
Llego a Saint Jean y tras las abluciones y estiramientos paseo por la ciudad. Hay una densidad de peregrinos por metro cuadrado que bordea con peligro el punto de saturación. Todo para los peregrinos, desde albergues a ropas, embutidos, quesos, vinos y símbolos del camino jacobeo. Todos los precios suben con la marea peregrina. Pero la ciudad merece una visita detenida y se la hago gustoso subiendo a una ciudadela-fuerte por calles empedradas al estilo del pórfido italiano. Mucho comercio turístico y nubes tamizando luces vasconavarras. Una maravilla para los amantes de las nubes que vivimos en la escasez alicantina.
















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