6 oct 2016

Transpirenaica. Etapa 2. Albanyà-Sant Pau de Segùries. 9.8.2016

Esta segunda etapa comenzó con un discreto desayuno en Can Carreres en compañía de los tres castellanos: vallisoletanos dos y un madrileño de Burgos, que llegaron a este alojamiento ayer a las tantas.
Nos fueron comentando, uno de ellos locuaz cual tarabilla y los otros dos más reservados, incidencias de la etapa anterior, los planes que tenían y la mucha carga que arrastraban (hasta un colchón playero hinchable, comprado al pasar por un gigamercado de La Jonquera, llevaba uno en el trasportín). Iban reservando alojamientos sobre la marcha, con poca seguridad de en dónde pasarían la noche. Esa incertidumbre les llevaría en la etapa de hoy a terminar unos 30 km más adelante del sitio previsto en principio, Sant Pau.
Con ellos fuimos subiendo el primer puerto del día, el Coll de Riu, un puerto largo, 14 km, que discurre por un bosque mixto de pinos y robles, algunos enormes; comenzó por carretera y pista cementada y terminó, los últimos 3 km, por pista de tierra bastante agreste. Intensa subida para comenzar la jornada.
Desde lo alto bajamos por el bosque, con magníficos ejemplares de hayas, siguiendo una amena pista, muy técnica al principio y entretenida luego, por el valle del río Llierca, con pozas de agua transparente, que nos deja, 7 km más adelante, en una zona recreativa llamada Sadernes. Ahí nos instalamos en un bar con mesas en sombra y provisiones; tomamos unas torradas con jamón insípido para olvidar, pero el subidón sin tregua del collado había que celebrarlo.
Luego continuamos el clásico sube y baja por carretera hacia Montagut, pasando cerca de un ligero y monumental puente sobre el río Llierca; después alguna pista o un tramo de sendero hasta iniciar por carretera la segunda subida larga del día, al Coll de Carrera, con unos km finales bien empinados (rampas largas al 15% para no perder la calma); después de una bajada, vuelta a subir hasta llegar al Coll de St. Pau y descenso final hasta el alojamiento en Sant Pau de Segúries en un hostal, Habitaciones Aurora, lugar limpio y discreto a precio razonable. Sin restauración ni desayuno.
 La dueña, muy atenta y servicial, nos prestó un paraguas para ir a cenar al pueblo porque al poco de llegar empezó a caer una tromba de agua; eso nos hizo pensar en nuestros colegas castellanos que seguían la etapa hasta llegar a su alojamiento lejano.
La gráfica tiene tramos de línea recta porque el gps se desconectaba a discreción, perdía la señal o se despistaba. Como para fiarse de los aparatitos.





Al fondo el Puig de Bassegoda











Pont de Llierca









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