17 oct 2016

Transpirenaica. Etapa 9. El Pont de Suert-Senz. 16.8.2016

A una etapa pestosa como la de ayer le sigue una imprescindible como la de hoy. Para equilibrar el universo ciclista.
Después del magnífico desayuno preparado con mimo por la dueña del hotel Pedrís salimos por carretera hacia el pequeño  pueblo de Cirés. Desde allí seguimos una pista hasta llegar al pueblo de Bonansa. Una visita por las calles del pueblo, sumergido en vapores de resaca de fiestas, nos sirvió para ver lo agradecidos que son en esa población. En la fuente hay una inscripción con el nombre del prócer decimonónico a quien se debió la instalación; en la fachada de una casa en la plaza mayor dedican una placa de piedra para recordar a un adalid de la clase obrera.
Desde allí subimos por carretera hasta el Alto de Bonansa y hacemos ceremoniosa entrada en la Alta Ribagorza como marca el cartel indicador. Tras ocho etapas por tierras catalanas entramos en territorio aragonés que nos resulta más familiar por las siluetas de los montes y el acento singular.
Del Alto bajamos por carretera hasta llegar a un desvío hacia Espés por un puerto que al principio empieza duro, pero a los pocos km se vuelve un falso llano rápido. Un poco antes de llegar a Espés seguimos por una pista con unas rampas durísimas que nos obligan a subir con todo el desarrollo y sin poder soltar una mano para espantar a los tábanos que nos acribillan aprovechando la situación. Se ponen como cerdos correosos con nuestros flancos.
Llegando a lo más alto, Els Puyalats, comienza un descenso bien entretenido por el firme pedregoso y pendientes acusadas. Pero las vistas sobre el gran macizo del Posets, las Sierras de Chía, Turbón y Cotiella compensan de los sudores que vamos derramando.
Gran pista no muy fácil bajamos hacia el valle del Ésera con un panorama del Congosto de Ventamillo desde lo alto que impresiona, acostumbrados a la visión desde el fondo del desfiladero.
Pasamos cerca de Gabás y seguimos el descenso hasta el pueblo de Seira. Comprobamos que el gigante ejemplar de Secuoia, en el jardín de una casa que está en venta en la misma carretera, sigue magnífico y robusto.
Después de la pista tan espléndida, y como sólo nos quedan unos 15 km por carretera hasta el final de la etapa,  decidimos hacernos un homenaje y entrar a comer al Círculo Recreativo, un restaurante en la carretera que ofrece un menú con legumbres que no podemos rechazar. El salón en donde comemos está claro que ha conocido tiempos mejores, pero conserva un escenario al fondo en el que seguro que se representaron obras interesantes.
Luego sólo nos queda seguir la carretera hacia Campo; antes de llegar subimos por el desvío a Senz. El único alojamiento es en una casa rural, Casa Aran, en donde con más ilusión que recursos nos dan abundante cena y desayuno por 80€.



Cirés

Bonansa





El Tosal de la Font en el Valle de Isábena



Espés



Chía y Posets

Gabás

Secuoia de Seira




Central de Seira

Senz


Casa Arán. Senz


Laderas casi otoñales



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